La evidencia de lo esencial

Por Pura Velarde

Pudiera parecer que en tiempos de pandemia, la conmemoración del 8 de Marzo debería quedar relegada a un plano más secundario, que no es el momento para manifestaciones y reivindicaciones, que resultaría peligroso, de hecho hay gente que así lo manifiesta con total contundencia, políticos que lo amplifican y distorsionan insistentemente y medios de comunicación que lo difunden hasta el agotamiento, en un intento de acoso y derribo para convertir el 8 de Marzo, una vez más, en el origen de todos los males. Armados de prepotencia y machismo, insisten: “Reivindicar el Día Internacional de la Mujer con la que está cayendo, es propio de un radicalismo feminista y comunista inconsciente y antipatriótico”. Se proclaman auténticos valedores de la patria, esa patria que ya no existe y que nunca permitiremos que vuelva. Ejemplo: Vox lanza la propuesta en el Congreso y Senado de cambiar el 8 de Marzo por el día de la dignidad de las víctimas.

La realidad que a todos, a todas, nos preocupa y nos inquieta, sin lugar a dudas, al margen de manipulaciones ideológicas, es la crisis sanitaria y la crisis económica derivada, en ambos casos de un impacto tan brutal que no acertamos a vislumbrar la luz al final del túnel, que sin duda llegará. Es la prioridad que necesita de acciones y no de palabrerías huecas, es la máxima responsabilidad política y ciudadana pero no es la única, y ahí está la cuestión.

Entonces ¿por qué hablar de Mujeres?

Por mucho. Por todas. Para callar bocas que disparan palabras de odio hacia las mujeres, las denigran e infravaloran, que se inventan y propagan bulos para torcer la realidad y ponerla de su lado. Esa mentalidad tiene claramente una ideología bien definida, unas siglas de partido, una voz que defiende la permanencia de los valores patriarcales, que propicia la supremacía del hombre sobre la mujer, la persistencia de la desigualdad de género, la homofobia, el racismo. Claro que es necesario hablar de Mujeres y hacerlo todos los días porque callar sí que es peligroso.

No hay mejor argumento frente a la manipulación y la mentira que la verdad, estos son algunos datos que evidencian lo esencial: la desigualdad en todos los ámbitos entre hombres y mujeres, a pesar de los logros, la lista podría ser casi interminable.

El 75% de todo el trabajo doméstico en el mundo, de cuidados de mayores y personas dependientes, a nivel familiar y/o laboral, remunerado o no, es realizado por Mujeres.

  • El 70% del “trabajo esencial” en sectores sanitarios y sociales, limpiadoras, dependientas, cajeras de tiendas y supermercados está realizado por Mujeres.
  • El 74% de los empleos a tiempo parcial, de mayor precariedad, con riesgo de exclusión, está realizado por Mujeres.
  • En nuestro país, la brecha salarial se sitúa en torno al 23%.
  • En nuestro país, la mujer ocupa un 22% de cargos de responsabilidad en grandes empresas.
  • De los 196 países del mundo, solo 25 están gobernados por mujeres

La Humanidad necesita un modelo en el que la mujer adquiera mayor protagonismo, es la única posibilidad de salvarnos.

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